Sol, mar y tradición sabanera.
El
Pacífico Norte del país, el cual comprende la Península de Nicoya, es una tierra donde se conjuga el turismo de alto nivel
con tradiciones y elementos típicos, muy propios de la provincia de Guanacaste. Entre estos sobresale la figura del sabanero
o montador, de carácter jovial y muy hábil en las artes del manejo de las reses. Es por eso que en las fiestas patronales
de la región, no faltan las corridas y monta de toros, además de una gran variedad de platillos típicos de la zona, la mayoría
elaborados a base de maíz.
La región tiene un gran peso en la historia costarricense desde épocas coloniales. Solo
el Parque Nacional Santa Rosa fue escenario de tres importantes batallas, una de las cuales, la de 1.856, significó pare los
costarricenses la conquista de la soberanía nacional de manos de invasores extranjeros.
A nivel geológico la región
alberga algunas de las formaciones más antiguas del país, entre las que se sobresalen las cavernas de estalactitas y estalagmitas
del Parque Nacional Barra Honda, en Nicoya. También protege importantes extensiones de bosque tropical seco, la mayoría del
cual se encuentra en regeneración. Gran parte de los árboles de este bosque pierden sus hojas en época de verano debido a
lo cual la región ofrece un paisaje muy diverso, casi desértico en los meses de noviembre a mayo, para transformarse en un
abanico de tonalidades de verde, en los meses de junio a octubre, cuando las quebradas y ríos recuperan su caudal. Algunas
especies de flora características de la región son el guanacaste, el árbol nacional, el roble de sabana, el denominado indio
desnudo por el color rojizo intenso de su tronco y el chilamate. Animales como el venado colablanca, la iguana, el pizote
y el mono carablanca son característicos de la zona.
Algunas de las áreas protegidas de la región poseen importancia
mundial para la protección de especies silvestres y constituyen puntos de gran interés para la observación de las mismas.
Este es el caso del desove de la tortuga baula en Playa Grande, las aves en las lagunas del Parque Nacional Palo Verde y el
desove de la tortuga lora en las playas Nancite y Ostional. Parques nacionales como el del Volcán Rincón de la Vieja ofrecen,
además, espectáculos únicos como sus pailas de barro y lagunas fumarólicas en constante actividad.
Con su infinidad
de playas, el Pacifico Norte constituye una de las zonas más turísticas del país, con la presencia de una oferta variada,
que incluye servicios de categoría cinco estrellas y algunos de los mejores sitios pare la práctica del golf y la pesca deportiva.
Corrientes marinas que arrastran nutrientes desde las profundidades oceánicas posibilitan la existencia de una rica
biodiversidad marina que favorece la abundancia de especies como el pez espada, el marlin y el dorado. Cerca de la ciudad
de Liberia, el principal punto de acceso a los diferentes atractivos de la región, el aeropuerto Internacional Daniel Oduber
ofrece una puerta de entrada directa a los visitantes. Una carretera en excelente estado comunica también a esta ciudad con
la capital del país.
Las playas guanacastecas, llenas de sol y actividad, brindan todo tipo de actividades al aire
libre, como el surf, el kayaquismo, la natación, las cabalgatas, el buceo y el snorkeling. Algunas de estas playas son verdaderos
centros turísticos, como es el caso de Tamarindo y El Coco, mientras que otras se caracterizan por su remotidad y escasa visitación.
Todas, sin embargo, parecen estar hechas a la medida de los amantes de los deportes y el sol.
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